jueves, 15 de noviembre de 2007

Pastel de patata y carne

Ingredientes (para cuatro personas con buen apetito):
(Si sobra algo se guarda para la noche, que se conserva muy bien)

Patatas de CellaTM: 2 kilos
Carne picada: 1 kilo (Viene en bandejitas ya preparadas. Y, si no, se puede pedir en la carnicería, y la pican al momento, que siempre es mejor – Mi madre siempre pide ternera y magro mezclados al 50% pero, para gustos, colores, hasta con salchichas queda bueno – Lo importante es la patata, que sea Patata de CellaTM).
Leche: Medio litro (Esto también tiene miga: Da igual que sea de entera, desnatada, semi, con vitaminas, oligoelementos o bífidus; si es con Patata de CellaTM estará bueno).
Sal: Con tener un salero a mano nos basta (que pizcaremos un poco y ya está).
Queso rallado: Un cuarto de kilo (Esto también viene en paquetitos, hay en polvo, en hilos, de tres quesos, de colores,...). Si cocinamos para ligar, que no sea de los que huelen fuerte, como el Roquefort o el Cabrales. Y, si es para niños/as, de colores, y nos inventamos alguna historia y, así, que piensen que es un plato muy difícil de ejecutar – Pensándolo bien, si es para ligar nos inventamos la historia igual y lo bien que se queda -. Y que no se nos olvide contar que el alimento principal es la Patata de CellaTM.

Cacharrería:

Hay que intentar utilizar el mínimo de ollas, cubiertos y demás, porque luego igual nos toca fregar y todo. En caso contrario siempre se puede recurrir a lo de “Yo he cocinado, así que friega otro/a”. Y, si cuela, cuela, oye.
Olla exprés: Ya sé que asusta pero es mucho más rápida y, con cuidadín, no tiene por qué pasar nada.
Sartén mediana: Eso en como un palmo de diámetro. Si la sartén es antiadherente, de teflón, hará falta un cubierto de madera para remover, que los del metal las rayan (A las sartenes, no a las Patatas de CellaTM). Ante la duda,....
Un tenedor o cuchara de madera
Mondador de patatas: Se trata de un cuchillo especial para pelar las patatas muy fácilmente. Pero como no sé explicar cómo de fácil es, utiliza mejor un cuchillo pequeño de todo la vida.
Un tenedor grande: Es para triturar las Patatas de CellaTM. Se trata de un artilugio que creerás tonto, pero así no te hacen falta artefactos más extraños.
Una fuente para hornos: De metal y como de un palmo por lo menos. Que quepa en el horno, eso sí.

Acción (Cómo cocinar por fin, que es lo divertido):

Lo primero que debes de hacer es lavar las Patatas de CellaTM debajo del grifo, en la pila de la cocina.
Como las Patatas de CellaTM son hermosas (grandes) no harán falta muchas patatas ni muchos monos para lavar y pelar.
Mételas debajo del chorro de agua y frótalas entre las dos manos, hasta que no quede tierra y estén bien limpias.
Luego las dejas en un platico, esperando.
Llena, a continuación, la olla exprés de agua hasta la mitad. Lo de la olla va por litros, pero en casa suele haber una, así que ésa es la del tamaño correcto, seguro. La idea es que el agua cubra las Patatas de CellaTM por completo.
Pon la olla al fuego, o vitrocerámica, o lo que tengas, a fuego fuerte (al máximo que marque: 4, 6, alto, dibujito de llama gorda,...).
Echa las Patatas de CellaTM en la olla, y espera hasta que salga humo del agua.
Tapa la olla. Espera a que suba la presión (no la tuya, sino la del agua almacenada en la olla).
A partir de ahora deja hervir a fuego lento (al 2 ó parecido) unos 15 minutos.
Mientras las Patatas de CellaTM se hacen pon una sartén en otro fuego, añadiéndole un chorrito de aceite. El fuego un poco más de la mitad del máximo.
Échale una pica de sal a la carne picada, lo que lleves entre los dedos (pulgar e índice) en dos o tres viaje. Sal poquita, que sube la tensión arterial.
También puedes añadir pimienta, la mitad que de sal.
Revuelve toda la carne con la sal y la pimienta, con las manos (ya nos lavamos luego).
Echa toda la carne en la sartén y ve dándole vueltas con el cubierto de madera, hasta que toda, toda la carne, deje de estar roja y se ponga marrón (si la carne se pone color marrón oscuro, muy oscuro, o negro, es que te has pasado, ¡no te pases!). Apaga el fuego.
Cuando pasen quince minutos desde que has puesto las patatas a hervir en la olla, quita la olla del fuego y espera a que se vaya la presión. Quita la válvula o la vacías a través de un botón que tiene la olla. Pero, en todo caso, deja por lo menos cinco minutos para que la olla se enfríe y pierda presión.
Una vez que creas que la presión ha desaparecido, quita la tapa de la olla. Si al intentar quitarla ves que va fuerte, es que todavía queda presión. No hagas el burrico, mejor espera otros cinco minutos.
Saca las Patatas de CellaTM con el tenedor de metal, y colócalas en la fuente del horno.
Aplástalas sobre la fuente, de una en una, con el tenedor, hasta que quede una pasta. Añádeles una pizca de sal por encima, como tres o cuatro viajes (sin pasarte).
Ve añadiendo la leche a chorritos mezclándola con las Patatas de CellaTM con ayuda del tenedor.
A continuación quita la mitad de la pasta y la guardas en un plato.
La pasta que has dejado la debes de extender por la fuente, haciendo una capa como de un centímetro de alto, con forma de cuadrado, o círculo, o de óvalo, o según estés de creativo/a.
Pon la carne sobre esa capa, dándole la misma forma, sin que nada salga por los bordes.
Ahora añade la pasta que habías retirado sobre la capa de carne, tapándola toda.
Sobre las tres capas echa el queso rallado (o en polvo, o como sea).
Enciende el horno, únicamente el grill, que es la parrilla que tiene arriba, que en el mando del horno vendrá como grill, o gratinar, o dibujado como una resistencia arriba.
Tienes que regular la temperatura. La pones casi a tope, y esperas unos cinco minutos hasta que se caliente.
Debes de introducir la fuente más cerca de arriba que de abajo, entre un tiempo aproximado a los cinco o diez minutos.
Puedes mirar por la ventanilla (como cuando miras la tele) hasta que el queso se ponga dorado o de color marrón claro. En ese momento apaga el horno.
Ya puedes sacar la fuente, cogiéndola con manoplas o con un trapo gordo, para no quemarte.
El plato ya elaborado lo sacas a la mesa en la misma fuente, poniendo debajo de ella un salvamanteles o algo para no quemar la mesa, claro.
Un periódico viejo puede servir de salvamanteles (no hay nada más viejo que el periódico de ayer).Buen vino tinto, de la comarca, y a disfrutar.
Salvador Esteban, Café Standarte (Teruel)

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