miércoles, 12 de diciembre de 2007

Patatas al horno


Dificultad: Poca dificultad, aunque seas principiante.

Ingredientes:

Un kilo de patatas de Cella.
150 gramos de mantequilla.
Un manojo de perejil.
Sal.
Pimienta.

Utensilios:

Cuchillo.
Olla.
Fuente de horno.
Escurridor.
Este libro de cocina.
Madre y hermano.
Bolsa o cubo de basura, ya sabes.

Modo de hacerlo:

Se recomienda que antes de empezar se reúnan en la cocina todos los ingredientes y utensilios necesarios. En caso de que en mitad de la elaboración de este suculento plato se nos olvida algún ingrediente, dispondremos de un hermano que, en cosa de un minuto, se pondrá en la tienda de la esquina para adquirirlo, eso sí, de muy mala gana.
Las patatas que hemos de preparar, además de asegurarnos de que son de Cella, deben ser pequeñas (sí, sí, esas que quedan esparcidas por la tierra y que siempre tienen que recoger los niños porque nadie quiere). Las pelamos con un cuchillo bien finitas, porque sino nos quedamos sin patata y se redondean de modo que queden casi todas iguales. El esfuerzo merecerá la pena. Echa las peladuras en el cubo de la basura y las patatas en el escurridor, para lavarlas bien en el fregadero.
A continuación coloca las patatas pequeñas de Cella en la olla cubiertas de agua. Tienes que dejarlas cocer sin que se ablanden del todo, como cosa de ocho o diez minutos. Para saber si están podrás clavar una de ellas con un tenedor (lo encontrarás en el mismo cajón del cuchillo, o bien pregunta a tu madre, que te ayudará muy gustosamente, no como tu hermano). Ahora sácalas de la olla, escúrrelas otra vez y colócalas en una fuente de horno (tu madre te dirá cual es). Debes de cubrirlas con la mantequilla que tendrás reservada en un plato.
Busca el horno. Casi siempre está en la parte inferior de los fogones. Caliéntalo y pon las patatas a horno fuerte para que se doren. Un poco antes de retirarlas tienes que echar la sal, la pimienta y también el perejil muy picado.
Se sirven muy calientes, por lo tanto asegúrate de que todos los invitados estén en casa.También se puede servir como guarnición de carnes y pescados que, si te animas, puedes preparar tú con un poco de amor y buena voluntad.
Dani (Lugo, Galicia)

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